Tesoro en los cielos

¿Dónde guardas las cosas más importantes en tu vida? ¿En una caja fuerte? ¿Disperso y escondido por la casa?

¿Dónde está tu valor? ¿Tienes mucho dinero? ¿Trabajas demasiado y todavía no tienes bastante dinero?

¿Dónde está tu corazón? Un médico podría decirte exactamente dónde está y todas las partes anatómicas que rodean el músculo cardíaco, pero esta pregunta tiene un significado más abstracto…

Durante el Sermón del Monte, Jesús enseña acerca de cómo Sus seguidores deben ver el dinero y las posesiones mundanas, diciendo: “No os acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban; sino acumulaos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban; porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo; Por eso, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz. Pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad! Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mateo 6:19-24).

Aquí, Jesús presenta varias lecciones acerca de nuestros “tesoros”. Si bien hay muchas aplicaciones que se podrían hacer de la enseñanza de Jesús en estos versículos, aquí hay algunas:

Recuerda el fin de las cosas. Como nos indica 2 Pedro 3, vendrá un día en el que todas las posesiones materiales serán destruidas. Las polillas, el óxido, los ladrones y otros poderes fácticos pueden quitarnos mucho. Sin embargo, si nos centramos en las cosas espirituales que no se pueden destruir, como nuestra propia salvación, nuestro impacto en nuestra familia y amigos, nuestra relación con nuestro Padre Celestial, etc., ¡entonces podemos tener una gran confianza en que las cosas que más valoramos en la vida no pueden ser quitadas!

Ten cuidado con dónde está tu enfoque. Sabemos que las cosas espirituales deben ser nuestra prioridad, pero debemos mirar de manera realista cómo pasamos nuestro tiempo. ¿Cómo es nuestro tiempo frente a la pantalla en comparación con nuestro tiempo de lectura de la Biblia? ¿Tomas decisiones basadas en tus metas profesionales o espirituales? ¿Enfatizas los deportes y estudios de tus hijos o su relación con Dios?
Honestamente, ¿a quién estás sirviendo? Todos sabemos que la inflación es dura. Las cosas son caras y el dinero puede ser más escaso de lo habitual. A veces tomamos decisiones con buenas intenciones o aparentemente por necesidad. Sin embargo, si somos honestos, sabemos cuáles son nuestros principales motivadores en la vida, y nunca debemos perder de vista dónde estamos rverdaderamente guardando nuestros tesoros y quién es nuestro verdadero Maestro, sin importar cómo sea nuestra cuenta bancaria.

Espero que cuando se nos pregunte dónde están nuestros tesoros, podamos responder de todo corazón: “¡En el cielo!” con la confianza de que donde esté nuestro tesoro, allí también estará nuestro corazón.

Leave a comment

Blog at WordPress.com.

Design a site like this with WordPress.com
Get started